Cómo debe comenzar un líder en un equipo. Marcelino convierte al Athletic en campeón en 12 días
Cómo debe comenzar un líder en un equipo.
1. Aunque el Athletic estaba en horas bajas, Marcelino, nuevo entrenador, lo respeta igual que si estuviera en alto rendimiento.
2. Aprovecha su cohesión y los procesos a los que están acostumbrados.
3. Aprovecha su orgullo de pertenencia y la marca de “los leones” del Athletic de Bilbao.
4. Tiende la mano al tiempo que mantiene el pulso firme.
5. Una vez SINTONIZA con el equipo, hará los cambios oportunos, paulatina y decididamente, atento a la prueba-error.
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Seguramente, ni Zidane se lo esperaba. Comenzó la semifinal y el Athletic dibujó sobre el césped de La Rosaleda una presión tan alta e intensa como le era posible. El Real Madrid era incapaz de combinar con comodidad en ninguna esquina del campo.
Aprovecha su orgullo de pertenencia y la marca de “los leones” del Athletic de Bilbao.
«Las señas de identidad de este club no se pueden perder», destacaba Raúl García sobre ese esfuerzo en la primera línea de presión, muy habitual en el Athletic en los últimos años pero ajena al libreto tradicional de Marcelino, que frente al Real Madrid renunció a sus propios principios para favorecer un contexto en el que sus jugadores están más cómodos. Al menos, por ahora.
Respeto máximo al equipo
«No soy un mago», confirma Marcelino, que recuerda que apenas lleva 12 días al frente del equipo y que por tanto no ha podido dotar al equipo de la identidad a la que él aspira. «La Supercopa no tiene mi marca ni mi sello, porque los verdaderos protagonistas son los futbolistas. Me quedo con la unidad de la plantilla y el sentimiento que tiene porque son los protagonistas, junto a Gaizka Garitano, de que hayamos llegado hasta aquí», añadía el técnico, que evita colocarse medallas que no le corresponden y, todo un detalle, recuerda el trabajo de su antecesor.
Aprovecha su cohesión y los procesos a los que están acostumbrados.
Y es que Marcelino, lejos del borrón y cuenta nueva, ha llegado a Bilbao con mayor voluntad de efectuar una transición ordenada que de impulsar la revolución. Una actitud que se refleja en el campo de entrenamiento, en sus relaciones con los diferentes estamentos del club y hasta en sus comparecencias ante la prensa. La filosofía en el césped es aprovechar los conceptos tácticos que estaban funcionando bien bajo el mando de Garitano, aunque no sean los suyos, hasta que el equipo tenga tiempo para asimilar los que él quiere implantar. «Viene con otras ideas y otro estilo de juego y vamos poco a poco, intentando hacer lo que se nos pide, es un trabajo que va progresivamente», explicaba Iñigo Martínez el jueves.
La huella de Marcelino en este equipo, por tanto, se limita aún únicamente a algunos detalles. Y entre ellos destaca el dinamismo con el que el Athletic mueve la pelota, propiciando transiciones rápidas y que los jugadores den los menos toques posibles para favorecer la verticalidad del equipo. No es casual que los dos goles marcados en jugada hasta ahora -uno contra el Barça y otro frente al Madrid-, hayan llegado tras un robo y un pase al frente hacia el rematador final. Los desajustes defensivos que afloraron en el encuentro de Liga contra los azulgrana fueron ya corregidos en la semifinal.
Tiende la mano al tiempo que mantiene el pulso firme.
Pero, por encima de todo eso, la llegada de Marcelino ha servido como electroshock positivo para una plantilla que mostraba evidentes síntomas de fatiga mental en los últimos meses de la etapa de Garitano. Raúl García ha recuperado su incidencia en el juego -dos goles y una asistencia-, Dani García se ha quitado los grilletes, Williams se encuentra más cómodo sobre el campo y Vencedor prosigue con su evolución. Estímulos que el Athletic confía en exprimir para alzar mañana su tercera Supercopa.