El objetivo como gestor de la vida: la ley natural del atractor. 1ª columna del c4evolutions (III)

 En Coaching 4 Evolutions. Las Etapas del Desarrollo

El objetivo como gestor de la vida: la ley natural del atractor

Nota: los términos objetivo y meta se utilizan indistintamente. También se utilizará el término atractor como sinónimo, tal como se explicará.

Jung le pedía al cliente que contara o dibujara sus sueños y fantasías y desde ahí le ayudaba a comprenderse a sí mismo, en un proceso interactivo que llamaba proceso de individuación.

Milton Erickson ayudaba a sus clientes dando la vuelta a su interpretación de la situación, para conseguir una nueva perspectiva más favorable. Les facilitaba un reencuadre de su situación, antes dolorosa, de forma que le cambiaba por completo su forma de vivirla.

En la metodología del coaching se utiliza aquello que es central en la Gestión de la Vida: los objetivos, cuya referencia en biología es la ley del Atractor.

Queremos aportar el punto de vista biológico de esta “ley del atractor” para comprender el verdadero poder del establecimiento de objetivos, un mecanismo central en el coaching.

Podemos acudir a la amplia bibliografía que existe sobre la importancia de establecer objetivos en psicología del deporte (Locke, Brian, Latham, Unestahl, etc.) o en coaching (Whitmore, O’Connor, etc.).

Es conocido que establecer una meta es básico para:

  1. Orientarnos para saber que las acciones van en la buena dirección.
  2. Motivarnos por poner en nuestra mente el fruto de nuestro esfuerzo.
  3. Organizarnos para diseñar un plan de acción y el primer paso.

 

Pero, basándonos en lo ya explicado, hemos preferido acudir a autores del entorno de la biología que profundizan en el papel del atractor como ley natural. La meta puede verse, desde nuestro punto de vista, como el atractor que determina decisivamente el comportamiento humano.

Queremos mostrar que el poder de las metas es algo tan propio de la naturaleza como cualquier otro proceso de gestión de la vida, como por ejemplo el sistema inmunológico, y tan absoluto como la ley de la gravedad.

¿Cuál es el concepto de atractor?

Como dicen Rupert Sheldrake, Conrad Waddington o René Thom entre otros, la vida crece a partir de que tiene unos patrones (genéticos) muy claros de en qué está destinado a convertirse, de a qué tiene que llegar. Sheldrake utiliza una metáfora clarificadora:

“En muchos modelos de cambio, el fin u objetivo se concibe implícitamente como un atractor por analogía con la gravitación… La metáfora principal es una cuenca a la que se arrojan pequeñas bolas. Las bolas ruedan alrededor de la cuenca a diferentes velocidades y ángulos, pero acaban en el mismo lugar, el fondo de la cuenca, que es el atractor.” (Rupert Sheldrake, El espejismo de la ciencia).

La raíz o el tronco buscarán crecer, cualquiera que sea el obstáculo que se encuentren por el camino, para convertirse en lo que estaban destinados a ser desde que fueron semilla.

El papel de los objetivos en nuestros procesos internos lo explica muy claramente Lars Eric Unestahl, psicólogo sueco pionero del entrenamiento mental, con un ejemplo:

¿Qué sucede cuando te diriges desde tu casa a un sitio que está cerca de tu trabajo? Pues, como tienes el hábito de hacer ese recorrido, cuando te das cuenta has llegado inconscientemente a tu trabajo.

¿Qué se puede hacer para evitarlo? Pues lo que hacemos de forma más o menos inconsciente cuando nos vamos a dirigir a un lugar: imaginarlo y después imaginar el camino o los puntos de máxima atención del mismo.

El concepto de Atractor en cualquier animal consiste en el principio universal de conocer cuál es el fin de su comportamiento, por tenerlo registrado en sus genes. Lo necesita para la gestión de su supervivencia.

La maravillosa precisión del león cuando está cazando sería imposible de coordinar si no tuviera como máxima referencia la de su atractor: “clavar sus colmillos en el cuello de su pieza”. Todas sus acciones, en cierto grado condicionadas y en cierto grado improvisadas, tienen como principio organizador esa meta. Realmente es como la bola dentro de una cuenca que describe Sheldrake: toda la capacidad del león está perfectamente armonizada por el destino de cazar su pieza, lo que genera su máximo rendimiento. Gracias a esa meta, consigue su mejor versión.

Siendo tan claro el papel del atractor en la gestión de la vida en general en la naturaleza ¿cómo podría el ser humano o la mente ser diferentes?

Ésta es la razón de la importancia que damos en coaching 4 evolutions a ayudar al cliente a crear su objetivo y, a partir de él, la Imagen Deseada.

En el proceso de definir el atractor o meta, son necesarias dos fases:

  1. Una definición racional del objetivo, con las condiciones necesarias: concreción, en positivo y dentro del radio de acción.
  2. Sentir a fondo esa meta, para desencadenar procesos inconscientes (simbólicos) a través de la visualización. Como dice Jung, «El proceso simbólico es un vivenciar en imagen y de la imagen.«

 

Sin esta segunda fase, no se desencadena el poder inconsciente del atractor. Si vivenciamos nuestro atractor, él tirará de nosotros como tira del león para crear una sinfonía de movimientos armónicos.

El inconsciente es el verdadero motor de nuestros pensamientos y comportamiento. Necesitamos gestionarlo para conseguir una vida de bienestar y éxito. Esta gestión la realizamos mediante el atractor. Aunque el ser humano posee la voluntad, el libre albedrío, su margen de actuación, como hemos visto, es menor de lo que se suele creer.

Veamos ahora cómo esta gestión de la vida, la voluntad y las metas se manifiestan y transforman a través del lenguaje que le es propio: el lenguaje simbólico y las imágenes, la segunda columna de esta investigación.

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