Fases de la formación sobre desarrollo personal. Aplicando el coaching de equipos
Foto: con cariño a los alumnos/as y coaches de apoyo de la certificación de coaching de 2024.
Una materia muy sensible
No podemos impartir una formación de algo tan íntimo como el desarrollo personal con el mismo formato con el que explicaríamos cómo funciona un ordenador, por ejemplo. Cuando das clase sobre inteligencia emocional, coaching, gestión del estrés o conflictos, les estás hablando a otras personas sobre sus propios pensamientos y emociones, es decir, les estás explicando cómo es su propia vida. ✨
Por un lado, les hablas de algo que les parece que conocen sobradamente y, por otro, es una materia que resulta de aplicación directa para lo que cualquiera desea más que ninguna otra cosa: gozar de mayor bienestar y felicidad.
Esto puede provocar muy distintas actitudes, desde la curiosidad e interés hasta el escepticismo. ¿Cómo lograr que las personas tengan una actitud positiva en una formación sobre desarrollo personal? ⛵
La clave es respetar las fases naturales del ser humano para transformarse, así como saber lo que hay que hacer en cada una de ellas. ✏️
Debemos partir desde un comienzo amable hasta una profundidad que les deje huella. Este proceso es adecuado, por ejemplo, para impartir:
- Una formación sobre gestión de conflictos o sobre trabajo en equipo en una empresa.
- Un curso en abierto de gestión del estrés.
Fases de una formación en desarrollo personal
1. Apertura a un nuevo mundo
En esta fase, hay tres aspectos fundamentales:
- Como siempre, hacer emerger no sólo el interés, sino la necesidad de adentrarse en el desarrollo personal. Que se den cuenta de cómo es una vida sin ese conocimiento y como puede ser una vida con él.
- Es preciso que les resulte familiar, que descubran cómo han puesto en práctica estos conocimientos en más de una ocasión… y lo bien que se sintieron. Se imaginarán cómo será sentirse siempre así. Esto les permitirá cerciorarse de que aplicar estos principios es de sentido común.
- Crear un ambiente de grupo entre los participantes. Hacer que sientan que todos están en el mismo barco, rumbo a un aprendizaje que todos desean. El ser humano comienza a dar lo mejor cuando se siente en un entorno protegido, y estar bien rodeado es crucial para ello. Sentirán confianza y disfrute al ver que van a adquirir ese conocimiento con buenos compañeros/as de viaje.
Para todo ello, se crean actividades divertidas y productivas gracias a las que sacaremos buenas conclusiones en un diálogo posterior. Es algo más que simplemente romper el hielo.
En coaching de equipos solemos hacerlo con una actividad llamada «el tesoro que somos».
2. Cuestionamiento y comprensión de su forma de pensar y sentir
El desarrollo personal no puede explicarse como una teoría que no saben si se podrá aplicar. Por el contrario, debemos ayudarles a darse cuenta de las situaciones de su vida en que precisan de estos conocimientos. Por ello, les ayudaremos primero a ponerse en aquellas situaciones en las que lo pasan mal. Debemos ayudarles a localizar “el dolor” que desean ”sanar”. Esta será la motivación de alta vibración que les mantendrá comprometidos con la formación y que hará de ésta algo vivo y dinámico. Este es uno de los principios del coaching de equipos.
Para ello, comenzaremos por ayudarles a observar su forma de enfocar esa situación que les duele y a cuestionar la misma. Este es el paso previo a la búsqueda de soluciones.
Solo puedes ayudarles a instalar nuevas ideas si cuestionas las que les bloquean. Gracias a la confianza e interés creados en la primera fase de apertura, los participantes están ahora emocionalmente preparados para esta revisión.
¿Cómo hacerlo? Se comienza por plantearles cuestiones de diferentes maneras, sea con preguntas directas o mediante historias que las pongan de manifiesto. Dejar un poco de conflicto interior en los participantes es positivo en este momento, pues su inconsciente tratará de encontrar respuesta. Nosotros les sostendremos en ese proceso.
Es necesario crear un espacio fértil de consciencia en torno al problema, para que, de esa forma, las personas valoren la solución y la comprendan cuando esta surja, en la siguiente fase.
Al principio de la actual fase de cuestionamiento, algunas personas podrán resistirse y no cuestionar su perspectiva. Hay que mantener la paciencia y evitar reaccionar, porque eso podría provocar un debate entre profesor y participante o incluso con todos ellos. En vez del mencionado proceso de conflicto interior se podría producir un conflicto exterior que no nos interesa.
Si se mantiene la paciencia, al final, ellos querrán cuestionar aquello que les impide avanzar. Hay que dar espacio al deseo de aprender que las personas también tienen, más allá de cualquier posible reacción.
Una técnica muy útil para ello es el role playing en torno a esas situaciones que se desean resolver. Esto les permite a los participantes tomar distancia sobre su propio comportamiento y sobre las dificultades por las que pasan. La mayoría de las veces, acaban riéndose de esas situaciones que antes les inquietaban.
Esto proporciona a la persona una consciencia transformadora que le permite comprender tanto la circunstancia desfavorable que le está sucediendo como su propia reacción emocional, lo cual termina en aceptación. Esta es la clave para alcanzar la siguiente fase.
3. Nuevas soluciones
Nunca se le da suficiente importancia a la energía de transformación que se libera cuando comprendes y aceptas lo que te ha sucedido. Esta tercera fase consistirá en aprovechar esa energía para obtener soluciones creativas y prácticas.
Una vez que los participantes se han liberado de la emocionalidad que les atenazaba, surge una perspectiva nueva y brillante en cada uno de ellos, con la que se generan nuevas ideas antes imposibles de ver.
En esta fase, trataremos de alimentar su propia reflexión, a partir de nuevos conocimientos bien adaptados, junto con preguntas y actividades. Su pensamiento se ve reforzado enormemente gracias a la aportación mutua dentro del grupo, un aspecto fundamental al hacer coaching de equipos.
– Para destapar el tarro de las soluciones, es particularmente eficaz utilizar la técnica de compartir sus mejores prácticas, es decir, cada participante recopilará aquellas soluciones que ya aplicó en situaciones similares. De esta forma, se sienten seguros y enfocan la solución desde su propio punto de vista, pero con su estado más positivo. Cada uno podrá inspirarse en sus propias soluciones y actitudes, así como en las de los demás.
Se crea una dinámica muy rica y les empodera para crear sus propias soluciones, enriquecidas aún más con el nuevo conocimiento que el profesor/a aporte. Desde esta actitud empoderada, podrán resolver en grupo las dudas y las situaciones planteadas en los role playing de la fase anterior.
– Los nuevos contenidos que les explicas como profesor/a deben llevar siempre un ejercicio para integrarlos y una práctica para aplicarlos en la búsqueda de soluciones. Es mucho mejor orientar los contenidos con técnicas concretas. Así nos aseguramos de que se entiende todo y mantenemos alta la motivación, pues la técnica es una fórmula sencilla y enfocada de utilizar el conocimiento en situaciones reales.
Un consejo que considero importante para transmitir confianza en los contenidos, es el de mantener la perspectiva de que proceden del sentido común. No son fruto de un “iluminado”, sino que son principios de la sabiduría perenne y que han encontrado aquellas personas que dedicaron su tiempo a investigarlos. De hecho, son las ideas que siguen quienes son capaces de vivir bien. Es el conocimiento que tiene el ser humano sobre sí mismo y que todos necesitamos conocer.
Con esto no me refiero a dar una lista de investigaciones o las teorías de distintas filosofías, sino que, sobre todo, se trata de dar dar ese contexto a nuestra explicación. En la práctica, utilizo sencillamente con frases como «lo que hacen las personas que no tienen conflictos es…» o «lo que hacen quienes tienen buenas relaciones es…» o «quienes no tienen estrés se fijan en…» o «quienes han reflexionado sobre esto dicen que…»
4. ¿Cómo lo aplicarás? Integración del aprendizaje
La parte final de la formación es una reflexión individual sobre qué has aprendido y cómo lo aplicarás, la cual comparten en un rondo. Este cierre de la formación deja a las personas motivadas y orientadas y con la sensación de que la formación ha sido muy productiva.
Como despedida, en coaching de equipos solemos usar la fórmula de preguntar “¿Qué te llevas?” Les pedimos que lo respondan brevemente de forma dinámica, pasándose ellos mismos la palabra… y diciéndolo desde el corazón.
