Vida Salvaje de las Emociones. Capítulo 14 ¿Cómo se inicia la etapa del renacer? Las disciplinas de desarrollo personal

 En Coaching 4 Evolutions. Las Etapas del Desarrollo, Tu Mejor Versión, Vida Salvaje de las emociones y los pensamientos.

En el anterior fascículo «Descubriendo al Doctor Stein», leímos que:

Solamente un retiro de lo social, sea exterior o interior, permitirá la reconstrucción del paisaje existencial. Entonces, la persona se permitirá sondear qué hay más allá de esas fronteras y encontrará un gran premio en forma de un sinfín de opciones. Eso será el inicio. Como buen aprendiz, el renacido comenzará, de nuevo, a asignar sabor, color y olor a lo que le sucede. Eso sí, ahora se da cuenta de que el universo por descubrir es interior. Ahora toca saborear conscientemente su forma de percibir el mundo, de pensarlo, de sentirlo. Es el momento de saborear cada cosa que haces. Es el momento de asombrarse con la inmensa naturaleza que está contenida en ti, en ese prodigio llamado ser humano, la raza a la que perteneces. Puedes experimentar a cada instante el gozo de existir.

 

¿En qué consiste este mundo interior?

Para una respuesta amplia, te aconsejo que leas lo que he escrito sobre la estrella neurológica, pero aquí deseo darte una aproximación intensa, que podría plantearse como… ¿En qué consiste saborear una experiencia?

Saborear implica apartarse de la descripción que sigue la lógica formal que hemos aprendido durante toda nuestra vida. Cada experiencia puede ser explicada según esa «verdad convencional» que surge del «acuerdo social» o podemos abrirnos a qué otra forma de experimentarla nos surge aquí y ahora.

Seguro que el hecho de que existen muy diversas formas de experimentar una misma experiencia no es una sorpresa para ti. Según el día que tengas, según tu etapa de la vida, la familia de la que procedes, tu educación… todo ello influye en cómo experimentas lo que sucede. No digamos si comparamos personas de distintas religiones o culturas.

Por ejemplo, un concepto como «la lluvia» significa algo muy distinto para un madrileño que para un sahariano. A una lle provocará la  visión de un día gris, al otro la imagen de la abundancia. Uno sentirá la lluvia como preludio de un encierro, de no poder salir a la calle libremente, mientras que el otro la sentirá como frescura y vida. Estas distintas sensaciones representan las emociones tan distintas que «la lluvia» les provoca. Estas distintas formas de experimentar la misma realidad generan un distinto paisaje interior, que determina los pensamientos que se producen.

Por tanto, las cosas que nos suceden son, en realidad, un fenómeno interno. Tu vida está influida por los sucesos internos, que son lo que significan para nosotros los sucesos externos. A lo largo de nuestra vida, tal y como decimos en el artículo arriba mencionado, aprendemos qué sabor y color tiene cada cosa, aprendemos qué significa cada hecho, acción o cosa, y por tanto, aprendemos cómo debemos sentirnos ante ellos. Todo ello estará de acuerdo a una «verdad común», aunque por supuesto hay un margen para las variaciones personales. La esencia del ser humano no es la de ser un autómata.

Es posible que te surja una pregunta en términos prácticos ¿Cómo podemos iniciar esa etapa de la vida a la que hemos llamado «renacer»? ¿Cómo podemos saborear de nuevo lo que nos sucede? ¿Cómo experimentar el aquí y ahora como algo nuevo y dejar de aplicar la lógica aprendida? 

Habitualmente, pensamos de acuerdo a las «instrucciones internas aprendidas» (también llamadas creencias). Es decir, tenemos un «auto-relato» interno que hemos aprendido a generar lo largo de muchos años. Es lo que llamamos «pensar».

Ese encadenamiento de ideas preconcebidas al que llamamos «pensar» es el caballo de Troya de la socialización. Esto nos hace ver «la realidad» con las gafas de la verdad común que hemos aprendido. Si queremos ampliar nuestras fronteras y dejar atrás el «acuerdo social», necesitaremos acudir a lugares más profundos, allí donde interpretamos la realidad, los lugares donde se genera lo que ésta significa para nosotros:

  • Las imágenes internas*: cuando recordamos o proyectamos algo, además del auto-relato se producen imágenes en nuestra mente. Si somos conscientes de esas imágenes, podremos cambiarlas. Eso nos hace salir del auto-relato.

¿En qué consiste el miedo a volar, por ejemplo? Cada vez que pensamos en que tenemos un viaje en avión, nos acuden ideas preconcebidas del tipo «es peligroso», «quién sabe lo que puede pasar», «recuerda aquel accidente que viste en la tele»,… Eso crea un auto-relato tenebroso. Por otro lado, nos vienen imágenes siniestras que nos provocan miedo.

Si un amigo trata de convencerte de que esas «creencias» son irracionales, puedes decirle que sí, pero el miedo seguirá ahí, precisamente porque está en el inconsciente y éste es irracional. El auto-relato y las «instrucciones internas» tienen un sistema auto-inmune ¡tu inconsciente las defiende!… pero las imágenes no tienen esta protección.

Las técnicas de Programación Neuro Lingüística (PNL), por ejemplo, nos ayudan a ser conscientes de nuestras imágenes mentales y a cambiarlas. El resultado es que grabamos en nuestra mente una imagen o escena de cómo será volar sin ese miedo. Para ello, creamos imágenes en las que el vuelo es apacible y en las que nos sentimos serenos. Estas técnicas son muy efectivas con todo tipo de fobias.

  • Las sensaciones: tal como se ha visto en este ejemplo, cuando trabajas con las imágenes, acabas cambiando las sensaciones internas. Éstas son el objetivo final de técnicas como la PNL. Esta es una observación de la máxima importancia para la gestión de las emociones, ya que implica que las sensaciones internas son la fuente primordial de la gestión de las emociones, el lugar más cercano a nuestro mundo emocional. De ellas surgen las imágenes primero y el auto-relato después, para completar el mundo interior del ser humano.

Cómo trabajan las distintas disciplinas de desarrollo personal

Lo explicado hasta ahora nos ayuda a comprender cómo las disciplinas de desarrollo personal apoyan a esta etapa que hemos denominado «renacer». Ellas nos ayudan a tomar nuestro propio camino, no condicionado por lo social, y lo hacen desde la gestión de las imágenes internas y de las sensaciones. Por ejemplo:

  • La PNL o el Mental Training de L. E. Unestahl se basan en la gestión de las imágenes principalmente.
  • La meditación o el mindfulness ponen toda su atención a las sensaciones internas.
  • La hipnosis ericksoniana busca modificar la forma en que interpretamos un conflicto interno o trauma mediante metáforas, portentosas productoras de imágenes. Se acaba creando una nueva interpretación global, es decir, se cambia el auto-relato de esa situación.
  • El coaching utiliza estas herramientas desde una conexión potenciadora con la esencia de la persona. Organiza el mundo interior de la persona desde su propósito esencial.

Escucha a tu cuerpo

La conclusión final es que el camino del renacer implica prestar menos atención a tu auto-relato y enfocarte principalmente en lo que el cuerpo desea decirte. Esto significa ser consciente de sensaciones internas como rigidez y tensión o bien relajación y ligereza. Estas sensaciones son nuestro contacto con nuestro paisaje interior y la forma de cambiarlo. También podrás detectar cada vez más el torrente de imágenes internas que esas sensaciones pueden crear. De ahí acaban viniendo las famosas intuiciones.

Somos un pedacito de universo

El cuerpo es el generador soberano de tu individualidad. Eres quien eres gracias al extraordinario poder de la naturaleza, el cual se manifiesta en tu cuerpo. Ni la sociedad ni nadie tiene autoridad sobre la naturaleza. Ella te da la vida, el aliento, el latir de tu corazón. Ella te ha creado y protegido.

La naturaleza es la eterna armonía que puedes ver en animales y plantas. Esa fuente de armonía la llevamos dentro, en nuestro cuerpo. Renacer significa escucharlo de nuevo, ahora que ya hemos aprendido a ser conscientes. No tengas miedo, la naturaleza que llevas dentro será la nueva brújula que te permitirá dirigirte hacia tu propio destino. Si estás en armonía con tu cuerpo, sentirás cuál es tu camino igual que si hubiera un letrero luminoso.

El renacido aprende a prestar atención a cada sensación de su cuerpo, lo que le permite reconocer sus emociones y comprenderlas. Éste es el camino para verlas como maestras y no como una tortura. Sensación y emoción se funden en un baile armonioso de cuerpo y mente.

Aprende a regalar serenidad a tu cuerpo, a darle más espacio. Poco a poco, tu percepción de esas sensaciones se hará más afinada, más sutil.

Gracias a nuestra educación logramos desarrollar nuestra parte consciente. El conocimiento, la memoria, los libros,… son propias de la etapa de socialización y del inicio del renacer. Poco a poco, estas cosas se supeditan a la sabiduría suprema. Vamos dedicando nuestra atención y nuestro cariño a la sabiduría de nuestro cuerpo.

Volver a conectarte a tu cuerpo es como regresar a casa, como volver a tu hogar. Sentir la eternidad en ti, pues eres un pedacito de universo.

 

*Las imágenes internas pueden ser con todos los sentidos: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Damasio establece como conexión entre mente y cuerpo al tipo más profundo de sensaciones internas, aquellas que él denomina sensaciones primordiales.

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