Plan de emergencia para momentos difíciles
¿Tienes un problema imposible de solucionar? ¿Te sientes tan mal que te parece que nunca lo vas a superar?
Entonces permíteme que te muestre este plan de emergencia.
1. Eres mucho más que eso.
«Tener un problema» o «sentirte mal» es una descripción de cómo estás, no de cómo eres. No es para siempre. Has pasado por situaciones parecidas en el pasado y no fueron eternas, igual que los momentos de alegría.
2. No le eches más leña al fuego.
No hay nada malo en sentirte mal. Es natural que ocurra, eres humano/a. Eso sí, debes evitar sazonar tu malestar con nuevos pensamientos. Lo único que consigues con ellos es crear un magnífico drama. Ponte en huelga de pensar. No avives el fuego.
Pensar en ese momento es como echarle sal al café. Puedes darte esta auto-instrucción: «no toca».
3. Céntrate únicamente en mimarte y quererte.
Cuando tienes ese mal momento, es sorprendente cómo te esfuerzas en justificar tus acciones, tus pensamientos y tus sentimientos. ¿Ante quién te justificas? ¿ante ti? ¿Y cómo te tratas? ¿qué tipo de compañero eres? Recuerda que eres la persona que te acompañará toda la vida. En vez de justificarte ante ti mismo con mil argumentos, es mejor que te busques en tu interior un apoyo comprensivo y sereno. Mímate.
4. Compréndete desde el corazón. Es más sabio que tu razón.
Cuando te miras con tanto cariño y te cuidas con esta atención, te empiezas a escuchar más profundamente y a comprenderte. Comprendes tus acciones. Comprendes tus emociones y los pensamientos que nacieron de ellas y que a su vez avivaron el fuego. Tus emociones y pensamientos son, en gran medida, fruto de las circunstancias. Con el estado que tienes ahora no tienen sentido, pero tu estado era muy distinto en aquel momento.
Te acabas dando cuenta de que eres una pieza en el sistema y que actuaste lo mejor que pudiste en esa situación.
5. Amplía todo el mapa. No puedes cambiar aquello que no puedes comprender.
Después de comprenderte y quererte, toca comprender toda la situación de forma mas amplia. Es necesaria la calma, con la que tu espacio interior se hace más amplio. Ese espacio permite ver las cosas con un poco más de distancia. Te permite ver más hechos. Te permite ver las intenciones de la otra persona, lo que es importante para ella. Incluso puedes clarificar aquello que es importante para ti. También serás capaz de comprender la perspectiva de la otra persona, desde la que ella ve cosas que tú no ves y desde la que no es posible ver cosas que para ti son evidentes.
6. Deja que brote la intuición.
Hasta aquí, has recorrido el camino que activa tu sabiduría, que se compone de dos aspectos:
– Por un lado, ahora ves las cosas con una sensación de libertad, de flexibilidad, de bondad. Ésa es la sensación de plenitud de la que brota la intuición.
– Por otro lado, has ampliado el círculo de tu comprensión. Ahora manejas más datos en tu mapa, mayor consciencia.
Esos dos elementos, sensación de plenitud junto a un mapa más amplio, son el terreno fértil para la intuición.
Con todo ello en tu mesa de trabajo, no sólo superarás ese momento difícil, sino que tu corazón y tu mente habrán dado un nuevo paso en su camino de evolución.
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