Vida salvaje de las emociones. Capítulo 8. Tu mundo interior en esencia

 En Vida Salvaje de las emociones y los pensamientos.

La gestión de tu mundo interior

Leí un estudio de mi amiga y coach María G. Gayoso sobre un libro de Michael Neill que me resultó muy inspirador. Sus palabras se entremezclaron con mis propias reflexiones.

María decía que «cualquier emoción que experimentamos es la sombra de un pensamiento», no procede del mundo exterior. Cuando alguien te da una mala contestación o cuando el mando de la televisión no funciona, te enfadas por la interpretación que haces, no por el hecho en sí. Otra persona no le daría ninguna importancia a una mala contestación, o incluso le haría gracia. Incluso a ti mismo, en otro momento y según el humor con que te encuentres, ese hecho podría no afectarte.

Nuestros sentimientos son el reflejo de nuestro mundo interior, no de nuestras circunstancias.

María reflexiona en que… «¿Por qué no pensamos solo cosas positivas?»

Porque no somos dueños de nuestros pensamientos, ellos tienen vida propia, igual que las emociones, una vida salvaje. Somos el terreno de juego de pensamientos y emociones.

Podemos gestionar nuestro mundo interior para que no nos controlen pensamientos y emociones, pero es como cuando se hace un dique para gestionar el efecto del mar. El mar es inabarcable, indomable. Lo único que podemos hacer es navegar en él de forma elegante. Nuestro juego interior consiste en ser conscientes de pensamientos y emociones para orientarlos en su fluir.

Y una última pregunta… «¿Qué pensamientos son los que condicionan nuestra vida?»

Los pensamientos que nos asaltan una y otra vez condicionan nuestra vida, aquellos de los que decimos «es que yo soy así». La obsesión con la actitud de una persona del trabajo o de nuestro entorno, la baja auto estima por no tener trabajo,… Creemos que esa es la única perspectiva posible y nos apegamos a ella. Las perspectivas por las que sentimos más apego son las que nos impiden ser verdaderamente libres. Y el pegamento de ese apego son nuestras emociones. La gestión de esas emociones y esas perspectivas es el camino de la libertad.

La gestión de nuestro mundo interior se basa en ser conscientes de cómo nos sentimos en cada momento y, desde la máxima claridad y serenidad, llegar a la raíz de esos sentimientos.

Nuestros pensamientos son un reflejo subjetivo de la realidad, el cual depende de muchas casualidades y de nuestra propia historia, pero nuestros sentimientos son una muestra clara de la calidad de nuestros pensamientos, de nuestro mundo interior.

La gran noticia es que podemos entrenarnos para mejorar la calidad de nuestro mundo interior. Cuando ves más allá de la realidad creada por tus pensamientos, entras en contacto con la parte más profunda y auténtica de tu ser, que no está condicionada por la mente. Conectas con tu esencia.

Toma asiento al calor de tu esencia y podrás diseñar una vida más plena y saludable, sembrando pensamientos sabios y emociones que te hacen feliz.

Gracias, María.

El equilibrio entre tus retos y tu paz

Durante esa temporada profundicé en la filosofía oriental. Me sorprendió el “I Ching, el libro de los cambios«. Este libro describe con múltiples casos lo que hay detrás de la gestión emocional: el equilibrio entre las dos fuerzas eternas, que podríamos decir que son la paz y el crecimiento, el yin y el yang.

Según el I Ching, compendio de sabiduría, la felicidad consiste en el perfecto equilibrio entre las dos fuerzas universales: paz y crecimiento. Este equilibrio también se puede intuir en el fondo de toda la historia de la psicología y la filosofía.

Podemos sustituir el concepto «crecimiento» por lo que es su aplicación práctica: perseguir un «propósito», una «motivación», un «objetivo» o un «reto» (ya decíamos que estos términos están absolutamente relacionados).

El ser humano necesita tanto de reto como de paz: el reto sin paz genera ansiedad; la paz sin un reto, carece de sentido para el ser humano. La ansiedad y la ausencia de sentido (semilla de la crisis existencial), son las dos enfermedades del alma del siglo XXI. Pero eso ya lo veremos más adelante 🙂

¿Cómo entrenar nuestro mundo interior? Combinando cuerpo y mente

A lo largo de los años, fui creando técnicas concretas para cambiar sistemáticamente la calidad de nuestros pensamientos y emociones a partir de:

  • El estado, la escucha y el proceso que nos proporciona el coaching.
  • Las técnicas de la Programación Neurolingüística, también llamada PNL (en particular, desde los estudios de Grinder, Bandler y Dilts).
  • Las investigaciones de neurociencia de Antonio Damasio y Rodolfo Llinás. Algunas de ellas son las que voy explicando a lo largo de esta vida salvaje de las emociones.

Las emociones se producen en el cuerpo y son interpretadas por la mente.

Releyendo el libro de Damasio «Y el cerebro creó al hombre», me maravilla ver cómo explica que tu cuerpo es el terreno de juego de las emociones. En su página 294, dice que «los sentimientos de emoción son variaciones de los sentimientos primordiales».

Damasio explica que los sentimientos primordiales, base de las emociones, son el lenguaje del cuerpo. Estos circulan a través de nuestro medio interno y de nuestras vísceras. Las emociones se producen en tu interior físico y modulan tus pensamientos. Las emociones son susurros o incluso gritos de tu cuerpo que afectan a tu mente.

Esto es evidente si consideramos cómo describimos las emociones: cuando decimos «tengo un nudo en la garganta» (o en el estómago, que no es lo mismo), que «se me encoge el corazón», que «se me revuelven las tripas», que «no podía respirar», que «me parecía como si volara», etc. Todas ellas no son expresiones casuales sino que son la única forma de expresar cómo y dónde sentimos las emociones. 

Es fantástica la metáfora que usa Damasio, en esa misma página, para describir las emociones. Dice que son un «coro atento y cuidadoso (de sensaciones) que acompaña a todas las demás imágenes que se suceden en la mente».

A su vez, tus pensamientos cambian ese ambiente físico de las emociones, pues cuerpo y mente son dos caras de la misma moneda.

Lo bueno de conocer esto con detalle es que tú puedes domesticar las emociones poniendo en sintonía ambas caras:

  1. Usa tu cuerpo: escuchando desde la serenidad tus sensaciones físicas, manifestación primaria de las emociones, y los pensamientos que vienen con ellas.
  2. Entonces, desata tu mente: descubriendo tus imágenes mentales y tu relato verbal…. y transformándolos.

Esto es exactamente lo que hacen el coaching y la PNL, igual que otras disciplinas similares, con el resultado de una asombrosa sanación emocional. La felicidad está más cerca de lo que crees.

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Nota de los autores:

Ojalá esto te ayude. Como siempre, te agradecemos mucho que nos digas si hay algo que no se entiende, una errata o cómo mejorarlo en general, en daniel.alvarez@benpensante.com.
Si quieres saber más de la vida salvaje de las emociones, tienes en universos.es todos los demás fascículos.
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Comentarios
  • María G. Gayoso
    Responder

    ¡Excelente artículo, Daniel! Y maravillosas reflexiones. (Feliz de haberte servido de inspiración para su creación). Qué complejo y fascinante es nuestro mundo interior…

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